Práctico Nº 6
TP 6
BOURDIEU, P. (1995) Respuestas, Ed. Grijalbo, Buenos aires Pág. 122 de la cartilla.BOURDIEU, P. (1997) "Espacio social y espacio simbólico" en Rezones prácticas. Sobre la teoría de la acción, Ed. Anagrama, Buenos Aires. Pág. 128 de la cartilla.GUTIERREZ, A. (1995) Pierre Bourdieu. Las Prácticas sociales, Ed. Universitaria - Universidad Nac. de Misiones - Univ. Nac. de Córdoba, Posadas. Pág. 137 de la cartilla.
1. Explique a partir de Bourdieu ¿porque se puede comparar un campo a un juego?¿cuales son sus propiedades?
2. ¿Qué diferencia a un campo de otro? Y a partir de esa diferenciación ¿qué es un capital? ¿Cuáles son las diferentes especies de capital?
3. El capital que esta en juego ¿determina la especificidad de un campo social? ¿Cuál es el papel de los agentes en el juego?
4. A partir de los siguientes textos utilice la noción de campo para la descripción del campo periodístico.
Partes del mercado y de la competencia
(Fragmento de P. Bourdieu: Sobre la Televisión)
Para comprender lo que ocurre en el canal TF1, hay que considerar todo lo que TF1 debe al hecho de estar situado en un universo de relaciones objetivas entre los diferentes canales de televisión. Éstos están en una competencia que se define en su forma, de manera invisible, por relaciones de fuerza no percibidas que pueden ser capturadas a través de indicadores tales como las partes del mercado, el peso de los anunciantes, el capital colectivo de los periodistas prestigiosos, etc.
Dicho de otro modo, hay entre estos canales, no sólo interacciones -gente que se habla y que no se habla, que se influye, que se lee, todo lo que conté hasta aquí- sino que también hay relaciones de fuerza completamente invisibles que hacen que, para comprender lo que pasa en el canal TF1 o en el Arte, haya que tomar en cuenta el conjunto de las relaciones de fuerza que constituyen la estructura objetiva del campo. En el de las empresas económicas, por ejemplo, una empresa muy poderosa tiene el poder de deformar el espacio económico casi en su totalidad; puede, al bajar los precios, impedir que se incorpore otra a la competencia, puede instaurar una suerte de barrera a la entrada de nuevas empresas. Estos efectos no son necesariamente producto de las voluntades. TF1 cambió el paisaje audiovisual por el simple hecho de que acumuló un conjunto de poderes específicos que se ejercen sobre este universo y que se retraducen efectivamente por las partes del mercado. Esta estructura no es percibida por los telespectadores, ni por los periodistas; ellos sólo perciben los efectos pero no ven hasta qué punto la importancia relativa de la institución en la que se encuentran pesa sobre ellos, así como su lugar y la injerencia que cada uno tiene en ella. Para tratar de comprender lo que puede hacer un periodista, hay que tener en cuenta una serie de parámetros: por una parte, la posición del órgano de prensa en el que se encuentra, TF1 o Le Monde, en el campo periodístico; en segundo lugar, su posición específica dentro de ese espacio.
Un campo es un ámbito social estructurado, un campo de fuerzas -hay dominantes y dominados, hay relaciones constantes, permanentes, de desigualdad que se ejercen en su interior- y es también un espacio de luchas para transformar o conservar este campo de fuerzas. Cada uno en el interior de este universo, compromete en su competencia con los otros la fuerza (relativa) que detenta y define su posición en el campo y, en consecuencia, sus estrategias. La competencia económica entre los canales o los diarios por los lectores y el público o, como se dice, las partes del mercado, se alcanza concretamente bajo la forma de una competencia entre los periodistas, que tiene sus propias reglas específicas, el scoop (la primicia), la información exclusiva, la reputación en un asunto determinado, etc. Y que no se ve ni se piensa como una lucha puramente económica en función de las ganancias, están sometidas también a la posición del órgano de prensa considerado en las relaciones de fuerza económicas y simbólicas. Hay actualmente relaciones objetivas invisibles entre personas que no pueden jamás reencontrarse, entre Le Monde Diplomatique, para tomar un extremo, y TF1, pero que son llevadas a tomar en cuenta en lo que hacen, consciente o inconscientemente, las limitaciones y los efectos que se ejercen sobre ellos por pertenecer a un mismo universo. Dicho de otro modo, si quiero saber hoy lo que va a decir o escribir tal periodista, lo que encontrará evidente o impensable, natural o indigno de él, tengo que saber la posición que ocupa en este espacio, es decir, el poder específico que detenta su órgano de prensa y que mide, entre otros indicios, el peso económico en las partes del mercado, pero también el peso simbólico, más difícil de determinar. (En realidad, para ser completo, se debería tomar en cuenta la posición del campo mediático nacional en el campo mundial y, por ejemplo, la dominación económico-técnica y, sobre todo, simbólica de la televisión americana que es un modelo y una fuente de ideas, de fórmulas y procedimientos para muchos periodistas).
Para comprender mejor esta estructura en su forma actual, es bueno recorrer la historia del proceso que lo constituyó. En los años 50, la televisión estaba apenas presente en el campo periodístico; cuando se hablaba de periodismo apenas se pensaba en ella. La gente de la televisión estaba doblemente dominada: por una parte se sospechaba que estaban subordinados al poder político y por lo tanto dominados desde el punto de vista cultural, simbólico y del prestigio; y, por otra parte, lo estaban también desde la faz económica ya que eran dependientes de los subsidios del Estado y por ello mucho menos eficientes, poderosos. Con los años (el proceso debería describirse en detalle) la relación se dio vuelta completamente y la televisión tiende a convertirse en dominante económica y simbólicamente en el campo periodístico. Esto se muestra notablemente en la crisis de los periódicos: hay diarios que desaparecen, otros a los que se los obliga a plantearse permanentemente la cuestión de la sobrevivencia, de la conquista o reconquista de su público; los más amenazados son, al menos en Francia, los que ofrecen información general y deporte. No tienen mucho para oponer a la televisión cada vez más orientada hacia estos objetos porque escapa a la dominación del periodismo serio (que pone o ponía, en primer plano, en primera página, las noticias referidas a la realidad internacional, la política, incluso el análisis político, reduciendo la información general y los deportes a una ubicación relativa).
Lo que hago es una descripción grosera; debería entrar en los detalles, hacer (desgraciadamente no existe) una historia social de la evolución de las relaciones entre los diferentes órganos de prensa (y no de un solo órgano de prensa). Es en el nivel de la historia estructural del conjunto del universo donde las cosas más importantes aparecen. Lo que cuenta en un campo son los pesos relativos: un periódico puede permanecer absolutamente idéntico, no perder un lector, no cambiar en nada y es, sin embargo, profundamente transformado porque su peso y su posición relativa se encuentran en un espacio ya transformado. Por ejemplo, un diario deja de ser dominante cuando su poder de influir en el espacio cincundante disminuye y no hace más la ley. Se puede decir que en el universo del periodismo escrito, Le Monde hacía la ley. Había ya un campo, con laoposición -que hacen todos los historiadores del periodismo- entre los diarios que dan news, noticias, hechos generales, y los diarios que dan views, puntos de vista, análisis, etc; entre los diarios de gran tiraje, como France-Soir, y los de tiraje proporcionalmente más restringido pero dotados de una autoridad semioficial. Le Monde estaba bien
ubicado en las dos relaciones: era suficientemente importante por su tiraje para ser un poder desde el punto de vista de los anunciantes y estaba bastante dotado de capital simbólico para ser una autoridad. Acumulaba los dos factores de poder en este campo.
Los diarios de reflexión aparecieron a finales del siglo XIX, como reacción contra los diarios de gran tiraje, para gran público, sensacionalistas, que suscitaron siempre el temor o el disgusto de los lectores cultivados. La emergencia de este medio de masas por excelencia que es la televisión no es un fenómeno sin precedente, sólo lo es por su amplitud. Abro aquí un paréntesis: uno de los grandes problemas de los sociólogos es evitar la caída en una de las dos ilusiones simétricas, la del “jamás visto” (hay sociólogos que adoran esto, es muy elegante, sobre todo en la televisión, anunciar fenómenos inauditos, revoluciones) y aquélla del “siempre así” (que es a menudo el tema de los conservadores: “nada nuevo bajo el sol, habrá siempre dominantes y dominados, ricos y pobres...”). El riesgo es siempre muy grande, tanto que la comparación entre épocas es extremadamente difícil: no se puede comparar más que de una estructura a otra, y siempre se corre el riesgo de equivocarse y describir como algo inaudito cualquier cosa banal simplemente por falta de cultura. Es una de las razones por las cuales los periodistas son a veces peligrosos: no siendo muy cultivados, se asombran de cosas no muy asombrosas y no se sorprenden de cosas relevantes... La historia es indispensable para nosotros, sociólogos; desgraciadamente en muchos dominios, sobre todo en relación con la historia de la época reciente, los trabajos son aún insuficientes, en especial cuando se trata de fenómenos nuevos como el periodismo.
“Acerca del campo periodístico”
Desgrabación de la clase del 5 junio de 2003. Teoría y práctica de la Comunicación II – Cátedra Mangone
Decía que uno de los saldos del imaginario del periodismo actual los coloca dentro del campo periodístico en una suerte de polarización. ¿Cuáles serían los imaginarios de los periodistas? Como el periodismo gráfico está en retroceso aunque tenga una multiplicación de su efecto en la radio y en la televisión porque se leen los diarios, se comentan y hay una agenda más profunda, a lo que ayudan los multimedia, digamos que la idea del periodismo actual hoy en día está entre ese periodista fuera de serie o epígono, o jefe, start system del periodismo, a diferencia, o a semejanza del start system del mundo del espectáculo, el periodista es cabeza de compañía, tanto es así que los equipos periodísticos en algún momento fracasaron porque hubo una cabeza de compañía o porque alguien se quiso adelantar. Ese es el periodista que aparentemente opina de todo, que tiene un comentario sobre cualquier cosa, etc, y sino nos vamos violentamente al movilero, o sea que hay poco espacio en el medio, entre esa “horda” de movileros que están por toda la ciudad y los periodistas que están más serenos en el estudio, en el caso del audiovisual. Esa sería como la diferencia entre la gran firma del medio y los cronistas, los abundantes cronistas que hay en el medio gráfico. Para la sociedad es interesante la brecha que hay entre estos dos modelos. Hay un modelo casi aristocrático de periodismo que es la firma, y un modelo de “horda” periodística, en el medio hay muy pocas posibilidades de visualizar algo, incluso hasta los programas televisivos se organizan funcionalmente entre la “horda” y el aristocrático, cualquiera sea el carácter del programa, interés general, política política, mundo del espectáculo, o mundo del deporte. Movilero y opinador, movilero y opinador, siempre.
Esto nos lleva a pensar que el campo periodístico sufre las determinaciones de dos grandes procesos. Un proceso es técnico-administrativo-laboral que sería la racionalización por efecto de una incorporación tecnológica en donde el soporte técnico disimula la importancia del periodista “estoy allí con el móvil y con el micrófono, por lo tanto no es tan importante lo que pregunto o lo que digo sino que me conecte”, esta cuestión de conectarse. Eso se encuadra en una masividad de un ejército de reserva periodístico, seis mil periodistas desocupados, treinta y cinco mil alumnos de periodismo y comunicación en el país, ese es un ejército de reserva que está sofocando, está respirando en la nuca de la estructura, por lo tanto como resultado de eso ¿qué tenemos que crear? Una sensación de elite –la referencia es “aquí llegarán pocos”- y sino se conforman con movileros. Quiero decir, podríamos decir que es lo mismo que preparar alta calificación en pocas manos y repositores de supermercados masivos, digamos que es la estructura del capital en este momento, no a elevar homogéneamente de manera masiva la calificación laboral, sino crear esta polarización. Por supuesto, ustedes no son repositores de supermercado, pero a los fines de la relación social en el campo pueden ser tratados como repositores de supermercado, esa es una posibilidad. Por eso de alguna manera no les queda otra alternativa a las primeras figuras que producir dos gestos en el campo –sigo desarrollando la noción de campo, Dos gestos, el primer gesto es reagruparse, la UTBA es plebeya, por lo tanto la Asociación Periodistas es una distinción, “nos reagrupamos” con un fin que sería la libertad de prensa, la libertad de expresión, el ataque a los periodistas... bueno... eso podría estar subsumido en la UTBA, ¿pero por qué Periodistas?, porque Periodistas en realidad es la formación histórica de una fracasada formación gremial que en su momento era la posibilidad de crear el gremio de los secretarios de redacción, que ya ganaban tres veces lo de los cronistas, y como aquellos supervisores metalúrgicos... ¿conocen el gremio de los supervisores metalúrgicos cómo se llama? ASIMRA, eran metalúrgicos todos, y todos asalariados, y todos de una empresa, pero ¿qué hacen los supervisores?, crean un gremio porque ellos ganan tres veces y supervisan además, o sea que son capangas, metalúrgicos que saltan a capangas, jefe de la plantación... “el negro elegido”. Y a partir de ahí crean un gremio que negocia de otra manera. Como fracasó la creación de este gremio de secretarios de redacción después de la huelga de Página, y ya la huelga de Clarín los sorprendió tarde... las grandes huelgas, La Razón, Página, Clarín, Crónica, las grandes huelgas del periodismo argentino de los últimos quince años. Entonces en ese momento Periodistas reúne a un conjunto de periodistas... ¿periodistas? Si, sin duda, periodistas!, pero periodistas... fíjense que hasta un programa se puso Periodistas, como si tuviesen que destacar que son periodistas. Pero se trató de periodistas en buena parte empresarios periodistas. Ese es el segundo destaque del campo, el primero es deslindarse de la actividad gremial, es como si aquí se crease el gremio de los titulares de cátedra... no falta mucho, en otra crisis que haya en la Universidad puede crearse el gremio de los exclusivos y el gremio de los titulares exclusivos. Frente a la masa plebeya y masiva que quiere aspirar y va a presionar para aspirar. A mayor cantidad de gente baja el nivel de titulación. Si hay dos maestros en el barrio o en el pueblo, el maestro es muy importante, si hay diez ya no tanto. Entonces aparece eso en el campo periodístico y en el campo de los estudiantes de comunicación. Entonces esos dos recortes nos muestran un funcionamiento de campo donde hay periodistas fuera de serie, periodistas estrellas, periodistas empresarios, o ahí en ese grupo de periodistas hay periodistas de distintas tendencias políticas, podríamos decir que si uno hace un arco ahí... yo no me acuerdo de todos, porque hay uno que renunció... saludo a esa renuncia, estuvo bien, fue de Oscar Raúl Cardoso, pero, digo, entre Verbitsky y Grondona hay alguna diferencia... hace diez años yo no hubiese dicho “hay alguna diferencia”, y es una marca de campo, ¿no?, pero ahí está Morales Solá, está Escribano!... están golpistas y periodistas investigadores de la denuncia del golpismo. Si pueden acordar en un espacio ¿qué le están diciendo al Gobierno? Están diciendo “no nos toquen, somos periodistas”, como diría Giordano, “no me peguen, soy Giordano”, pero UTBA dice “no nos toquen, somos trabajadores”, es otra relación social la que se establece, es otra configuración. Esta segunda retrocede en el tiempo a una corporación medieval, la profesión reúne y no la relación económico productiva. El campo periodístico como todo campo es un espacio en donde hay posiciones que tienen dos sentidos, dos significados predominantes que son la posición dominante y la posición dominada. La posición subordinada generalmente en el campo periodístico ejerce una presión para ser legitimada. En los últimos veinte años –para tomar un ejemplo que está relacionado con la alternatividad-, nosotros percibimos que en el campo periodístico argentino, en el gráfico, en el audiovisual y en el radial, se dio que por el gran desprestigio de la prensa y el periodismo durante la dictadura, el gran desprestigio que implicó, por un lado, la obsecuencia de las grandes firmas, la censura hacia el periodismo más revulsivo, incluso la desaparición, la muerte y el exilio.
miércoles, 1 de octubre de 2008
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